Podrían preguntarme de quién es el hilo que tira de mis comisuras y las mantiene altas, y diría su nombre. Podrían preguntarme en qué me refugio cuando se apaga la luz. Podrían preguntarme que es lo que más echo de menos y que es lo que más temo dejar de sentir, y diría su nombre. Podrían preguntarme de quién es ese olor que electriza y prohibe a mis músculos e instintos respirar, ese olor que consigue dulcificar y a la vez excitar cada movimiento, ese olor por el cual moriría, y diría su nombre. Podrían preguntarme quién marca la constante de mis latidos, y diría su nombre. Podrían preguntarme por lo único por lo que daría mi alma, y diría su nombre sin dudarlo.
Y aún así nadie lo entendería, nadie entendería que no lo puedo querer más porque el no es más grande, que el secreto de nuestra felicidad reside en que el dolor de su hombro derecho y de mi hombro izquierdo supera el de la ausencia porque significa que hemos estado juntos, que no encuentro momento más completo que el estar tumbada sobre el mientras me acaricia , que adoro escucharle sonreír cuando lo abrazo y le susurro que quiero morir así y el responde con un 'ójala...'. Es su nombre... Sólo su nombre. Y nadie puede entenderlo. Ni siquiera yo.
tu&yo
Andrew Jones