El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El
amor en cambio, es un eterno insatisfecho.
El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra
conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.
Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en
adelante, ya no podré creer en ti.
Andrew Jones
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